viernes, 23 de enero de 2009

Prevención de Quemaduras a Personas Mayores

En lo posible, trate de no alejarse de la cocina cuando esté cocinando.

Mantenga los cacharros a la vista si está cocinando encima de la estufa.
Manténgase bien cerca de las sartenes si está friendo.
Si tiene comida en el horno, no es tan grande el riesgo de alejarse de la cocina, pero nunca salga de casa y deje el horno encendido. Si sale de la cocina, vuelva de vez en cuando para cerciorarse que no haya humo o algún principio de incendio.
Si hay un incendio en el horno, no abra la puerta, o ciérrela si esta abierta. Apague el horno y espere que se enfríe antes de abrirlo.
Si hay un incendio sobre la estufa, póngase el guante de cocina y tome un tapa; coloque la tapa sobre la sartén o hoya. No use un extintor de incendios para apagar el fuego en una sartén, porque el aceite puede salpicarse y así propagar el incendio.

Los hornos de microondas deben estar a altura accesible. No deben estar arriba de la estufa o en estantes altos. Si se encuentran demasiado alto, aumenta el riesgo de que se derrame algo caliente y cause una escaldadura.
Use solamente cacharros adecuados para estos hornos. No coloque adentro de ellos nada de metal, ni los use para calentar otra cosa que no sea comida; eso puede causar un incendio.
Deje que repose la comida y se enfríe un poco antes de sacarla del horno.
Mezcle bien la comida antes de comerla; estos hornos calientan disparejo y si no se mezcla la comida, se puede uno quemar al encontrar una parte mas caliente.

El piso de la cocina puede causar caídas que a su vez pueden resultar en quemaduras. Por eso:
• La superficie del piso debe no ser resbalosa.
• Usa tapetes que no se resbalen en el piso, alrededor de la estufa y el fregadero.
• Si se derrama algo, recójalo inmediatamente para prevenir un resbalón mientras está cargando algo caliente.
• Deje libre de obstáculos el paso por donde va a cargar cosas caliente.

Los adultos de mayor edad tienen la piel muy delgada y corren riesgo de quemarse con agua que posiblemente no causaría daño a una persona joven. Para asegurar el bienestar de los mayores con el agua de baño, se puede medir la temperatura del agua para cerciorarse que no esté demasiado caliente. Hágalo usando un termómetro de cocina. Primero abra solamente la llave caliente y deje correr el agua varios minutos para permitir que se caliente al máximo. Después introduzca el termómetro en el chorro de agua corriente y vea la temperatura.

La Comisión de Seguridad de Consumo de los EE. UU. ha impuesto como norma que la temperatura de agua en el hogar no debe ser mayor a los 120° F (48° C). Este limite de ya viene impuesto de fabrica en los calentadores modernos.
Sin embargo, las personas mayores tienen la piel mas delgada y se pueden escaldar a esta temperatura. El límite de temperatura para ellos debe ser menor, alrededor de los 110° F (43° C).
Por eso, después de medir la temperatura, se debe hacer lo siguiente:
• Si la temperatura supera los 110 °F (43° C), ajuste el termostato para bajar la temperatura.
• Si la temperatura que ha medido está debajo de los 110 °F (43° C), aun puede haber riesgo. Es que la temperatura del agua fluctúa y en otro momento, si usted la vuelve a medir, puede encontrarse mas alta. Por eso es importante medir la temperatura en varias ocasiones distintas.
• Después de medir el agua varias veces, ajuste el termostato según sea necesario.

Vamos a aclarar: este es el nivel máximo recomendable, no el nivel ideal.
Si se encuentra la temperatura a 110 °F (43° C), de todas maneras puede uno querer ajustar el calentador si desea mas seguridad. Puede uno bajar la temperatura aun mas. La temperatura mas cómoda para bañarse es alrededor de los 100 °F (38° C), así es que no necesita tener el agua mas caliente que esto. No se preocupe por las lavadoras de ropa o platos; estas pueden funcionar bien a esta temperatura.
Bajando la temperatura, puede uno tener otros beneficios. Los costos del gas pueden ser menores al usarse menos energía en la casa.

Existen varios aparatos que brindan protección contra las escaldaduras en el baño. Algunos brindan protección de forma directa; otros lo hacen de forma indirecta. De forma directa, existen válvulas que templan el agua al salir de la llave. Estas se pueden instalar en la regadera o el grifo, donde sale el agua, y también se pueden instalar en la línea de agua, en la cañería entre el calentador de agua y el baño. El segundo tipo se suele instalar durante la construcción de la casa, pero también se puede instalar después. Ambos tipos de válvula funcionan permitiendo que se mezcle un poco de agua fría con el agua caliente antes de que salga a donde se va a usar.

Existen también aparatos que brindan protección indirecta contra las escaldaduras en el baño. Estos aparatos son particularmente útiles para las personas mayores.
• Se pueden instalar barras en las regaderas y bañeras. Las personas mayores se pueden escaldar al caer y tratar de sostenerse agarrando la llave del agua caliente. Las barras de sostén permiten apoyarse, prevenir una caída, y tener donde sostenerse en el caso de un resbalón.
• Se pueden poner tapetes de hule en las bañeras y regaderas.
• Se pueden poner asientos en las bañeras o regaderas.

La electricidad puede causar heridas a través de una descarga de corriente o a través de las llamas que resultan por una descarga. En la pantalla se ven varios indicios de que un aparato eléctrico tiene riesgo de quemar o iniciar un incendio. Una persona mayor puede no darse cuenta de estos riesgos:
• Si un cable que tiene grietas o el enchufe roto, o si se calienta
• Si un interruptores de luz o enchufe de pared se calienta, echa chispas, o echa humo
• Si un interruptor de corriente o fusible causa que a menudo se corte la luz
Si existe uno de estos problemas, es importante remediarlo. Un electricista profesional es la persona indicada para esto.

La sobrecarga de enchufes es riesgosa y puede resultar en incendios o quemaduras eléctricas. ¿Ha visto usted que algo así suceda en su hogar? Es común que esto suceda en el hogar de una persona mayor si ella pasa la mayor parte de su tiempo en una sola habitación, con pocos enchufes de pared y muchos aparatos eléctricos.
El riesgo de incendio es aun mayor si los aparatos consumen mucha energía, tal como los que suele usar una persona mayor: los aparatos médicos, los calentadores eléctricos, o las mantas o almohadillas eléctricas.
Las personas mayores deben inspeccionar las mantas y almohadillas eléctricas periódicamente. Deben cerciorarse que no tengan quemaduras o daño a los cables. Estas son señales de que hay riesgo de incendio.

Las almohadillas eléctricas solo se deben usar para partes del cuerpo que tengan dolor o incomodidad, no para dar calor durante la noche. No deben de usarse por mas de veinte minutos a la vez. Están diseñadas para uso a tiempo limitado y por eso la mayoría tiene controles de tiempo automáticos. Si una almohadilla no tiene tal control automático, es recomendable usar un temporizador – tal como aquellos que se usan para medir tiempo en la cocina – para limitar el tiempo de su uso.

No se debe uno acostar o sentar sobre almohadillas o mantas eléctricas, ni tampoco colocarles objetos pesados encima.

• Se debe mantener despejado el paso de salida, entre la cama y la puerta. Esto permitirá que salgan sin problema, o que alguien entre a buscarlos, en el caso de un incendio.
• Se deben mantener los artículos esenciales para una urgencia al lado de la cama, y siempre en el mismo lugar, para que se puedan acceder rápidamente en el caso de un incendio. Tales artículos pueden incluir el teléfono, una linterna, y los anteojos o audífono si la persona los utiliza.
• Debe haber una alarma de humo/incendio en la habitación.
• Debe haber una salida cercana; si la habitación se encuentra en el primero piso y cerca de la puerta, esto es lo mejor.

1. American Burn Association Community Fire & Burn Prevention Programs 2006-2007

lunes, 19 de enero de 2009

Protocolo de atención de enfermería en la atención del paciente quemado en la Unidad de Recuperación Post Anestésica ( URPA)

Lic. Gladis A. Méndez P. Dra. Dalia Granados
Unidad de Quemados Pearl F. Ort. Ciudad Sanitaria Dr. Luis E. Aybar
Santo Domingo, Republica Dominicana.

INTRODUCCIÓN

Las enfermeras que trabajan en las unidades de recuperación post anestésica asumen la responsabilidad de cuidar de un paciente que se encuentra en situación critica, por lo que los cuidados y vigilancia con este paciente deben ser extremos , sin embargo en nuestra practica hemos podido observar los inconvenientes a los que tienen que enfrentarse las enfermeras en la Unidad de Recuperación Post Anestésica (URPA), fundamentalmente por desconocimiento de la dinámica de trabajo y por estar poco familiarizados con problemas reales o potenciales del post-operatorio inmediato.
El monitoreo en la sala de recuperación es uno de los aspectos mas importantes en el manejo del paciente quemado, y en múltiples ocasiones la monitorización se dificulta.
Establecer un protocolo para manejo del paciente quemado en la URPA, tiene como objetivo general , ofrecer una guía para la atención del paciente en la recuperación post anestésica que permita un trabajo sistematizado , que envuelva la identificación y prevención de complicaciones , una gestión clínica por procesos, estandarizar la practica asistencial, basada en evidencia científica, ofreciendo un atención personalizada basada en los beneficios que éste protocolo tendrá para ofrecer una práctica asistencial dinámica hacia la mejora de la calidad asistencial al paciente y para la enfermera en la distribución y programación de los cuidados oportunos a los pacientes, colaborando en la fortalecimiento de su profesión.

OBJETIVO GENERAL:

Presentar conocimientos a los diferentes participantes sobre las atenciones de enfermería ofrecidas a los pacientes quemados de URPA en la Unidad de Quemados.

OBJETIVOS ESPECÍFICOS:

1. Analizar las diferentes técnicas de monitorización en la sala de recuperación post-anestésica de la Unidad de Quemados.
2. Relacionar la labor de enfermería con otras áreas.
3. Desarrollar un plan de cuidados estandarizados para actuar con efectividad ante situaciones que ponga en peligro la vida del paciente
4. Diferenciar las funciones independientes, interdependientes y dependientes de la enfermera
5. Establecer una comunicación eficaz entre los diferentes profesionales
6. Identificar factores de riesgos en la UPA
7. Actualizar protocolos de cuidados en conjunto con otros profesionales

MATERIAL Y MÉTODOS

Se establece un estudio retrospectivo y prospectivo basado en la recogida de datos sobre los pacientes recibidos en la URPA. La selección de pacientes es el universo de pacientes sometidos a procedimientos quirúrgicos. El estudio se lleva a cabo desde febrero de 1994 a febrero 2005. Para obtener los datos se revisaron las historias clínicas, hojas de anestesia, informe quirúrgico, hoja de recuperación anestésica, registro de enfermería.

RESULTADOS

Se revisaron un total de 2, 572 pacientes sometidos a cirugía de desbridamiento romo y/o tangencial, desbridamiento e injerto y amputaciones, y a cirugía ambulatoria para colocación de injerto

De los pacientes recibidos en la URPA 612 eran mujeres y 1960 hombres

La historia clínica del paciente estuvo completa lo que nos permitió orientarnos sobre sus datos generales, enfermedades concomitantes, medicación administrada , laboratorios

En el traslado del paciente de sala de cirugía a URPA, se realizo acompañado del anestesiólogo quien a su vez hizo entrega formal a la enfermera encargada, indicándole el tipo de procedimiento realizado, si hubo alguna anomalía durante el trans quirúrgico, el estado del paciente, si ha sido transfundido, su estado mental en el momento de llegar a la URPA y condición general. No se usaron monitores para su traslado

La camilla de transporte cubierta con sabanas dobles estériles cumpliendo con el protocolo del traslado

La vía aérea del paciente venia libre en el 100 % de los pacientes a los que se le coloco un catéter nasal o mascarilla según indicación médica.

Dentro de los cuidados de enfermería observar la permeabilidad de las vías aéreas, aspirando al paciente siempre que sea necesario utilizando técnicas aséptica, observar alteraciones en cuanto a la frecuencia respiratoria, cianosis de labios y extremidades, uso de los músculos accesorios y/o cualquier obstáculo que impida la ventilación sobre todo en pacientes con quemaduras de cara y cuello por presencia de edema.

La oximetría de pulso se utilizo en el 100 % de los pacientes, resulto útil pues nos brinda información continua de la saturación de O2, siendo un método no invasivo.

La vía intravenosa estaba permeable, con catéter de doble lumen en el gran quemado y con catéter periférico en los pacientes sometidos a cirugía ambulatoria. Las vías venosas deben ser cuidadas para que permitan grandes infusiones de soluciones y sangre y evitar al máximo la infección sobre las mismas ya que pueden ser fuentes para una septicemia

Los apósitos que cubren las heridas en ocasiones se encontraban húmedos, demostrando perdidas sanguíneas en sabanas por lo que fue necesario llamar al cirujano y colocar vendajes compresivos. Estos procedimientos quirúrgicos, tienen sangrados importantes, las perdidas sanguíneas a partir de escarotomias y las escisiones y desbridamiento tangencial, pueden provocar estado de choque por lo que cuando recibimos el paciente en la sala de recuperación debemos observar los vendajes, ya que en ocasiones se produce un sangrado en sabana, que debe ser detectado antes de que se produzcan cambios hemodinámicos.

Se recibieron paciente con signos de cambios de temperatura, se procedió a cubrirlo, calentar líquidos infundidos cubrir toda la zona expuesta con manta que proporcionaran calor, para evitar los temblores. La monitorización de la temperatura es muy importante, ya que el paciente quemado es muy propenso a la hipotermia. La disminución de la temperatura conduce a inestabilidad hemodinámica y a trastorno de la perfusión. Debemos establecer mecanismos que impidan grandes pérdidas, cubriendo las áreas intervenidas calentando las soluciones intravenosas y las de lavado, etc. Preparar la URPA, para brindarle al paciente, un área confortable con temperatura adecuada de 26˚ a 28˚, no permitir que puertas queden abiertas al mismo tiempo, pues causan corrientes de aire.

El monitoreo en la sala de recuperación es uno de los aspectos más importantes en el manejo del paciente quemado, la necesidad de la mayor cantidad de información posible dadas las condiciones de limitada estabilidad del paciente se dificulta mucho ya que muchas veces no se tiene siquiera una extremidad para tomar la tensión arterial, colocar un estetoscopio o fijar electrodos del ECG. Esto nos constriñe, que en ocasiones se tenga que conceder una gran importancia a la información directa, supervisando la excursión ventilatoria, las perdidas sanguíneas a través de vendajes, la perfusión, a través del llenado capilar, diuresis horaria, y los resultados de laboratorios.

La técnica de monitoreo en el paciente quemado deben ser lo más estéril posible así como la manipulación. La invasión no es recomendable, sin embargo es muy importante contar cuando menos con un catéter central o una sonda urinaria en los pacientes con quemaduras graves.

La tensión arterial por el aumento de tono simpático en este tipo de paciente, la hace poco sensible del estado de la volemia. Sin embargo continua siendo una herramienta útil, que en mucha ocasiones se dificulto su registro por los vendajes que cubren las extremidades, y por no tener los recursos para el registro invasivo. La presencia de taquicardia como signo clínico de alerta ante la posibilidad de hipovolemia después de descartar la presencia de dolor fue de utilidad. Poder diferenciar si estos signos clínicos son debido a disminución de la volemia o al estado de hipermetabolismo, exige el conocimiento de la fisiopatología del paciente quemado
El diagnostico diferencial abordando otros signos y síntomas, nos permitirá la instauración de la terapéutica de lugar.

La monitorización del ECG es útil para detectar arritmias y vigilar el segmento ST, en muchos casos se dificulto la colocación de los electrodos y el sostén de ellos en el lugar correcto, pudiendo observar ante estas dificultades que no fueron colocados en la posición correcta en varios casos , por lo que se altero el registro ECG
La medición del balance hídrico rigurosamente a través de los ingresos y egresos que acontecen durante su estadía en la URPA, no se completaron rigurosamente anotándolos en el record, para llevar un seguimiento de las necesidades hídricas.

El paciente quemado exhibe mucho dolor, desde su ingreso a la URPA se instaura su tratamiento según protocolo por el servicio de anestesiología, y se da seguimiento, al observar dolor, o cuando el paciente lo refiere, se contacta al anestesiólogo para que indique la terapéutica adecuada según el caso , y observar la respuesta a los medicamentos administrados y comunicar cualquier cambio en el estado respiratorio y cardiovascular al médico inmediatamente. Debemos recordar NO DESPRECIAR LAS QUEJAS DEL PACIENTE, procurar alivio del dolor pues este causa ansiedad, estado hipermetabólico, disminución de volumen respiratorio, inmovilidad, mayor inmunodepresión.

El uso estricto de guantes, mascarilla y sobre todo el lavado de mano al manipular cada paciente para evitar contaminaciones cruzadas. Así como mantener las normas de bioseguridad estricta.

La enfermera debe tener en cuenta antes de trasladar al paciente de sala de recuperación que este cumpla al máximo con la puntuación óptima de la Escala de Aldrete , solo debe realizarse cuando el paciente este recuperado de la anestesia, debe estar sedado y sin dolor, con una temperatura adecuada y estabilidad hemodinámica. Es responsabilidad de la enfermera de URPA participar en el traslado del paciente en coordinación del médico anestesiólogo responsable del caso y entregarlo formalmente a la enfermera de UCI.

El área de recuperación postanestésica debe ser de circulación restringida y dedicada exclusivamente al cuidado de la recuperación del paciente, la enfermera es la responsable de mantener el control y el orden del área.


RECOMENDACIONES:

- Mantener en el área de URPA un personal altamente capacitado. Solo la experiencia, los conocimientos junto con la identificación de los posibles problemas nos da la habilidad para el manejo y resolución de problemas de forma rápida y segura.
- Mantenimiento de la calidad en las actuaciones de enfermería , evaluación continua y comunicación fluida entre todos los profesionales que participan en el proceso perioperatorio
- Este protocolo debe ser actualizado por lo menos cada dos años

Bibliografía

D. Herdón. Total Burn Care. Editorial Saunders. 2002

J. I. Ruiz. Anestesia y Reanimación del paciente quemado. Curso III FEEA. 2004. 169-184

B. Forero. Intervención de enfermería en el manejo del dolor del paciente quemado. www.encolombia.com/medicina/enfermeria.

R. Rocha. Relato de una experiencia de construcción de protocolo de cuidados de enfermería. Revista Electrónica Semestral de Enfermería. www.um.es/eglobal. 2003

D. Granados. Anestesia en el paciente quemado. Curso III FEEA. 2005. 130-147

domingo, 11 de enero de 2009

La American Burn Association diseño este programa de prevencion de quemaduras 2006-2007, que en lo sucesivo vamos a ir publicando paulatinamente

La población está envejeciendo. Los avances en el cuidado de salud permiten que la gente viva mas tiempo. Este envejecimiento, a su vez, crea nuevos problemas de salud. Las personas mayores sufren distintos problemas de salud que los jóvenes. Uno de ellos es un mayor riesgo de quemaduras. Este presentación fue diseñada para informarles sobre ese riesgo y la prevención de quemaduras en los mayores
El programa fue desarrollado por profesionales y educadores públicos de los Estados Unidos y Canadá. Son miembros del “comité de prevención” de la asociación americana de quemaduras. Su interés en desarrollar y distribuir este mensaje de prevención ha sido apoyado por la administración de incendios del gobierno federal americano.
Los bomberos y el personal de urgencias medicas también tienen gran interés en el cuidado y la prevención de quemaduras. En muchas zonas del país los bomberos han creado organizaciones que apoyan a las víctimas de quemaduras y a los centros de atención al quemado, y que a la vez educan al público sobre la prevención de incendios y quemaduras.
Anualmente mueren cerca de 4,000 personas a causa de incendios y quemaduras en los Estados Unidos. La mayoría muere en el sitio donde ocurrió el suceso.
De aquellas personas que sobreviven después de sufrir quemaduras graves, la gran mayoría son trasladadas a uno de los 125 hospitales nacionales que se especializan en atención al quemado. Allí los doctores, las enfermeras, los terapeutas y otros miembros de equipo dan cuidado a los mas de 25,000 pacientes que son ingresados anualmente.
Los especialistas en quemaduras también brindan atención a muchas de las 600,000 quemaduras menos graves que son asesoradas anualmente en salas de urgencia. Muchos de estas quemaduras menos graves también acaban siendo atendidos en centros especializados después de haber sido asesoradas en salas de urgencia.
Las personas mayores de 65 años tienen un riesgo de morir por quemaduras que es casi el doble al del resto de la población. En las persona mayores de 85 años, este riesgo es aun mayor, casi cuádruple, o sea cuatro veces mayor. ¿Por qué?
• Las personas mayores tienen movilidad limitada
• No reaccionan tan rápido como cuando eran jóvenes
• No ven tan bien
• Toman medicinas que les pueden limitar aun mas su tiempo de reacción, como las medicinas para el dolor o la artritis
Muchas de las personas mayores de edad en los EE. UU. viven solas, a pesar de estos riesgos y los problemas de salud. A veces viven con otras personas mayores, que sufren las mismas limitaciones y corren los mismos riesgos de quemarse. ¿Tienen ustedes amigos o parientes mayores que viven solos? ¿Les parece a ustedes que están a salvo de los riesgos de quemarse y morir por quemaduras?
He aquí algunos de los pretextos que pueden poner tales personas:
• “A mi no me va a pasar nada.”
• “Si hay un incendio, para eso están los bomberos. Ellos lo apagarán rápido.”
• “¿Por qué debo dejar de fumar? No es peligroso. He fumado toda mi vida y nunca me he quemado.”
• “Vivo solo, pero no tengo riesgo porque mi perro me va a despertar si hay un incendio.”
Es difícil que alguien mayor cambie si quiere seguir siendo independiente. Sin embargo, pueden aprender a protegerse de los riesgos de quemaduras.
• Los cigarrillos no son la causa principal de quemaduras, pero si son la causa principal de quemaduras mortales. En seguida veremos porqué.
• Las quemaduras en la cocina y por escaldadura no son tan graves, pero son mucho mas frecuentes.
• También son frecuentes las quemaduras a causa de alambres sueltos y aparatos de calefacción portátiles.
Los muertos por incendio de cigarrillo tienden a ser personas mayores.
La causa mas común de incendio por cigarrillo sucede al terminar de fumar, cuando alguien tira un cigarrillo descuidadamente. De esta forma, cada año ocurren alrededor de 800 muertes.
Con el consumo de bebidas alcohólicas, aumenta tremendamente el riesgo de que un cigarrillo o sus cenizas caigan y comiencen un incendio.
Las medicinas que causan sueño llevan el mismo riesgo.
No solo el fumador corre riesgo, también las otras personas en el hogar y los vecinos.
El uso de oxigeno en el hogar ha aumentado, y por ende también las quemaduras relacionadas a esta terapia médica. Estas quemaduras ocurren cuando alguien acerca un cigarrillo a su boca mientras esta usando el oxigeno, o también cuando acerca el cigarrillo o un fósforo al equipo. El oxigeno puro es muy combustible y al acercársele una llama, se crea inmediatamente una explosión.
Lamentablemente, la gente que requiere oxigeno es a menudo gente que ha sufrido daño a los pulmones por fumar. A esta gente les cuesta mucho dejar el vicio. Si usted conoce un fumador que usa oxigeno, no permita que fume o tenga cigarrillos a la mano dentro de su hogar.
Los que usan oxigeno y fuman en lugares públicos ponen en peligro la vida de los demás.
La cocina tiene muchas fuentes posibles de quemaduras:
• El aceite de una sartén puede prenderse.
• Una bebida puede derramarse o una comida puede salpicar y causar escaldaduras.
• Los mangos de sartén y las asas de olla pueden causar quemaduras de contacto.
Hay muchas maneras de prevenir estas quemaduras en las personas mayores.
El riesgo de quemarse puede ser controlado tomando estas precauciones:
• Use mangas cortas y ropa ajustada para disminuir el riesgo que su ropa se prenda
• Use un delantal
• Use agarradores de recipientes calientes o guantes de cocina; téngalos a la mano para que los pueda agarrar prontamente cuando sean necesarios.
Utilice precauciones con la estufa:
• Mantenga todo combustible lejos de la lumbre (papel, trapos, aceites)
• Voltee los mangos de sartén hacia atrás para prevenir que se golpeen por accidente
• Si se encuentran niños cerca, marque un perímetro “libre de niños” alrededor de la estufa, en el piso, usando tela adhesiva de color.
• Utilice las hornillas de atrás para cocinar y prevenir que los niños agarren o volteen los cacharros calientes.
Deje espacio libre en los mostradores para que allí pueda colocar cualquier cacharro con comida caliente al quitarlo de la estufa o moverlo de alguna otra parte.
Los freidoras y hoyas eléctricas, como la que se ve en la imagen, deben mantenerse lejos de la orilla de los mostradores para prevenir que se caigan o derramen.
Los cables eléctricos de estos aparatos también deben mantenerse lejos del la orilla para que no sean jalados por accidente o por un niño o mascota.
Todo aparato de cocina debe traer instrucciones; léalas y sígalas.
Coloque las hoyas eléctricas, tostadores, y otros aparatos eléctricos de cocina cerca de los enchufes, para así evitar el uso de cables de extensión.

sábado, 3 de enero de 2009

No se registran pacientes afectados por fuegos artificiales en festividades
Doris Pantaleón - 1/3/2009





Las autoridades prohibieron la venta al público de fuegos artificiales.

SANTO DOMINGO.- Ningún paciente con quemaduras por fuegos artificiales y bala perdida fue recibido en tres de los principales centros de referencia nacional del país durante las festividades de año nuevo, mientras hubo reducción en los casos de heridas por armas de fuego y blanca, aunque aumentaron los lesionados fruto de riñas.
Los directores de los hospitales Infantil Robert Reid Cabral y Traumatológico Darío Contreras, y de la Unidad de Quemados Pearl F. Ort del Luis Eduardo Aybar, Emilio Mena Castro, Héctor Quezada y Carlos de los Santos, respectivamente, informaron que en esos centros no se recibió ningún paciente con quemaduras provocadas por fuegos artifíciales, contrario a como ocurría en años anteriores.
Con lesiones vinculadas a las festividades, en el hospital de niños sólo se recibieron dos menores politraumatizados fruto de accidentes de tránsito, de los cuales, uno de siete años, procedente de Azua, falleció debido a los golpes que recibió supuestamente al tirarse de una camioneta en marcha.
El otro niño, procedente de Villa Mella, se mantiene ingresado. “Nosotros no recibimos pacientes quemados por fuegos artificiales, ni con intoxicaciones alcohólicas, ni heridos por armas de fuego y blanca durante las festividades”, aseguró Mena Castro.
Dijo que aunque recibieron muchas emergencias por diferentes problemas de salud, sólo llegaron dos menores afectados de dengue. En la Unidad de Quemados Pearl F. Ort tampoco se recibieron pacientes quemados por fuegos artificiales durante las festividades, aunque si llegaron al centro especializado cinco pacientes con quemaduras por accidentes del hogar.
El director del Darío Contreras destacó que el 98% de los pacientes atendidos en el área de emergencia de ese centro de salud durante las festividades de fin de año estaban bajo los efectos de bebidas alcohólicas.
Destacó que los heridos por armas blancas se redujeron en 52% con relación al mismo período del año pasado; los de armas blancas en 41% y por accidente de tránsito 18.68%. Sin embargo, aumentaron las lesiones leves y moderadas por violencia provocada por pedradas, pelotazos, batazos y palizas, entre otros.
En su área de emergencia el hospital atendió durante los días 30 y 31 de diciembre y primero de enero un total de 393 pacientes, de los cuales 97 fueron ingresados.